Hay diferentes situaciones que nos dejan anclados en un determinado momento de la vida.
La desesperanza y el dolor se vuelven parte del día a día y sentimos que no merecemos cosas buenas, como consecuencia solo vamos a atraer lo negativo.
Cerrar ciclos es importante para que las viejas heridas sanen y tengas la posibilidad de transformarte en la mejor versión de ti mismo.
Analiza las situaciones que te ocurren y dale un giro de 180° y verás cómo los cambios comienzan a llegar.
Para darle un cierre a los capítulos más dolorosos de tu vida, toma en cuenta estas recomendaciones:
- Recordar es importante pues hay que aceptar todo aquello que hemos vivido. Si nos empeñamos solo en olvidar, las heridas no van a sanar.
- Perdonarnos a nosotros mismos y perdonar a quienes nos hicieron daño. Hay que aceptar que todos cometemos errores. Perdonar es cerrar la puerta definitivamente.
- No te llenes la cabeza de “¿qué hubiese pasado si hacía esto?” pues esas interrogantes te harán quedar estancado en el sufrimiento.
- Hay que aprender a aceptar que no tenemos el control de todas las situaciones. Si vives con la idea de que tienes que cambiar todo, la frustración tocará a tu puerta.
- El desprendimiento llega al aceptar una temporada de duelo. Hay que vivir el dolor para poder superarlo. La diferencia estará en que de este sentimiento aprenderás a abrir las alas y a volar.
Recuerda que en esta vida todo es aprendizaje. Aprendemos de lo bueno y también de lo malo así que conéctate con la gratitud y comienza a cambiar tu perspectiva.
Para lograrlo, prueba con estas recomendaciones:
- Cada día al despertar, agradece por estar vivo y por las cosas que tienes.
- Anota en un diario las cosas que te hayan pasado en el día y revísalo cada semana para que te des cuenta de cómo avanzas.
- Promueve la gratitud en tu entorno, ya sea en tu familia o en tus grupos cercanos. Rodearte de personas positivas será clave en tu crecimiento.
Así como ser felices es maravilloso, llorar y reconocer que somos seres llenos de diferentes emociones nos hará conectar con lo más profundo de nuestro ser.
Aprendamos a escuchar esa voz interior que nos grita ¡Sí se puede!